1. Introducción

Las desapariciones de personas representan un fenómeno complejo que pone a prueba la capacidad de respuesta e investigación de las autoridades. En el contexto chileno, la figura jurídica de la «presunta desgracia» no constituye un delito en sí misma, lo que a menudo limita la acción policial inmediata a menos que existan indicios evidentes de la intervención de terceros. Este marco normativo ha creado un vacío operativo crítico, donde las investigaciones formales pueden demorarse hasta 48 horas, un lapso en el que las probabilidades de localizar a una persona con vida disminuyen exponencialmente, pasando de un 85-95% a menos de un 45%.

El caso de María Ercira Contreras Mella es un ejemplo paradigmático de cómo la ausencia de un análisis inicial estandarizado, sumado a la formulación de hipótesis policiales no fundamentadas en evidencia, puede mermar drásticamente las oportunidades de un desenlace favorable. La aplicación del protocolo MP-Tracker en este estudio permite reconstruir la dinámica del suceso, establecer hipótesis primarias y secundarias con base empírica, y orientar las diligencias investigativas hacia objetivos concretos y medibles, superando las limitaciones de los enfoques tradicionales.

2. Fundamentos Teóricos: El Protocolo MP-Tracker y el Modelo NASH-E

El MP-Tracker es un protocolo de investigación conductual retrospectiva que integra de manera sinérgica la perfilación criminal y geográfica, la victimología especializada, el modelamiento probabilístico temporal y un análisis multihipótesis con control de sesgos. Su base conceptual, el modelo Epanálipsi («repetición de realidad pasada»), busca identificar y reproducir patrones de hechos pasados para reducir la incertidumbre, ofreciendo una alternativa robusta a los modelos deductivos e inductivos tradicionales.

El núcleo de este protocolo es el Modelo NASH-E, una evolución del sistema antropológico N.A.S.H. que discrimina objetivamente entre las cinco modalidades posibles de una desaparición: Natural, Accidente, Suicidio, Homicidio (intervención de terceros) y Evasión. Cada categoría es evaluada mediante criterios operacionalizados en una escala equivalente, ponderando factores como el historial médico, las condiciones ambientales, los marcadores conductuales y la evidencia de participación de terceros, para guiar al investigador hacia la hipótesis más probable desde las primeras horas.

3. Metodología Aplicada al Caso

El análisis se ejecutó siguiendo rigurosamente las etapas del Protocolo MP-Tracker. El proceso comenzó con una recopilación exhaustiva de datos empíricos, que incluyó el análisis cuadro por cuadro de seis horas de grabaciones de seguridad, la realización de entrevistas estructuradas a familiares, la revisión de documentos oficiales, reportes policiales, archivos de prensa, y un análisis geoespacial del área circundante de 15 km².

Posteriormente, otros 3 peritos forenses realizaron de forma independiente los resultados del MP-Tracker, alcanzando un consenso mediante una técnica Delphi modificada y obteniendo un coeficiente de concordancia inter-evaluador casi perfecto (κ = 0.91). Este análisis se complementó con una perfilación victimológica especializada de María Ercira y una perfilación criminal y geográfica avanzada, que utilizó tecnología GPS para identificar patrones, zonas de confort y rutas de escape probables. Finalmente, se aplicó un modelamiento probabilístico temporal para calcular la degradación de las posibilidades de localización, ajustando las ecuaciones por la edad de la víctima y la alta probabilidad de intervención de terceros.

4. Reconstrucción de los Hechos y Análisis de Evidencia

El 12 de mayo de 2024, durante un almuerzo por el Día de la Madre en el Fundo Las Tórtolas, la cronología de la desaparición de María Ercira fue precisa. A las 15:09 horas, ingresó al baño acompañada. Cuatro minutos más tarde, a las 15:13, salió sola y, en lugar de regresar al comedor, modificó su trayectoria esperada y caminó directamente hacia el estacionamiento. Su recorrido la llevó a un punto ciego de las cámaras de seguridad, donde fue vista por última vez a las 15:19 horas. Menos de dos horas después, se reportó un incidente violento con una camioneta blanca en el cruce San Pedro-Quillota, a solo 5 kilómetros del restaurante.

El análisis de esta evidencia material es crítico. El estudio videográfico no solo confirmó una trayectoria anómala e intencionada, sino que también delimitó el punto exacto de la desaparición a través de un registro audiovisual. Múltiples testimonios convergieron en reportar la presencia de vehículos sospechosos, y un análisis comparativo arrojó una coincidencia del 87% entre un vehículo visto en el estacionamiento y la camioneta involucrada en el incidente posterior. De forma reveladora, las búsquedas exhaustivas en el canal Waddington, una de las hipótesis iniciales, no arrojaron ningún rastro físico, debilitando la teoría del accidente. (La pericia remota se realizó un vez transcurridos 4 meses desde el hecho materia de investigación).

5. Resultados del Análisis MP-Tracker y Perfilación

La aplicación del modelo NASH-E arrojó resultados contundentes: la modalidad de Intervención de Terceros (Homicidio/Secuestro) obtuvo una alta puntuación, con un intervalo de confianza del 95% [91-97], calificándola como «muy probable». En contraste, las hipótesis de Accidente, Muerte Natural, Suicidio o Evasión recibieron puntuaciones insignificantes, descartándolas como posibilidades realistas. A partir de esto, se estableció como hipótesis primaria de investigación un secuestro organizado, que evolucionó a una desaparición forzada, debido a circunstancias inesperadas y desfavorables a la intención primera por parte del o los agresores.

El análisis victimológico reforzó esta conclusión. María Ercira presentaba un perfil de alta vulnerabilidad (Índice de Victimización Ajustado de 8.7/10), caracterizado por su debilidad física (artrosis bilateral), dependencia farmacológica y un aislamiento momentáneo de su grupo familiar. Por su parte, el perfil criminal sugiere la actuación de un grupo organizado de entre 3 o 4 individuos con un alto nivel de planificación, conocimiento previo de los puntos ciegos del lugar, con un medio de transporte motorizado y una motivación predominantemente instrumental (delictiva). El análisis geográfico identificó un patrón de operación tipo «marauder» (cercano a una base conocida) y una ventana de tiempo operativa de tan solo seis minutos.

6. Discusión: Fallas Sistémicas y el Impacto del Tiempo

El análisis del caso expone fallas sistemáticas en la investigación inicial que comprometieron su efectividad. Se observa un claro sesgo de anclaje, donde los equipos se fijaron en la hipótesis del accidente, llegando a dragar el canal Waddington con un costo de recursos sin que existieran indicadores objetivos o empíricos que lo justificaran. Esta decisión, junto a la minimización de los testimonios sobre vehículos sospechosos, representó una violación del principio de temporalidad, perdiendo 48 horas críticas.

Transcurridos más de 12 meses, la probabilidad de localización de María Ercira Contreras Mella mediante métodos de búsqueda convencionales es inferior al 0.28%. Este dato exige un cambio de paradigma inmediato en la investigación: se debe transitar desde una búsqueda territorial reactiva hacia una investigación proactiva centrada en sospechosos. Esto implica un trabajo de inteligencia que incluya análisis de redes, comunicaciones, coartadas, investigaciones patrimoniales y financieras, y el uso de técnicas de presión psicológica dentro del marco legal, todo bajo un estricto hermetismo.

7. Conclusiones y Recomendaciones

La aplicación del Protocolo MP-Tracker confirma, con un alto grado de certeza, que la desaparición de María Ercira Contreras Mella fue consecuencia de la intervención de terceros, probablemente mediante un secuestro inicialmente ejecutado por un grupo organizado con fines instrumentales —como la solicitud de un rescate—, que pudo transformarse rápidamente en una inhumación ilegal a raíz de una reacción trágica por parte de la víctima. Dada la probabilidad prácticamente nula de éxito con los métodos de búsqueda actualmente empleados, resulta imperativo implementar de inmediato un cambio estratégico en la investigación que apunte en el sentido expuesto.

Se proponen las siguientes recomendaciones:

Es fundamental que todas estas diligencias se desarrollen como una investigación focalizada en los sospechosos, evitando cualquier filtración de información a los medios que pueda alertarlos y derivar en la destrucción, ocultamiento o manipulación de evidencia crucial.

Referencias Bibliográficas